LA PRADERA

Una hermosa pradera verde se extendía ante mí. El viento golpeaba mi vestido blanco y mis pies descalzos sentían la hierba decorada con flores de mil y un colores. Una melodía empezó a sonar como si fuera un susurro y como si me llamara la empecé a seguir, caminaba sin rumbo, guiada por la sonata hasta que llegue al lado de una mujer con el rostro borroso. No sabía quién era aquella mujer pero tampoco era una desconocida, me dejé acunar en sus brazos y de ella una suave voz emergió emitiendo una canción. El momento fue interrumpido por un fuerte trueno que indicaba que una tormenta se acercaba, la mujer me dijo al oído unas palabras que solo entendíamos ella y yo. Ella se empezó a alejar de mí y todo se volvió menos nítido hasta que me vi envuelta en mis sabanas azules.

SASURI

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