Tan simples como un lápiz

Si, efectivamente nuestro sanitarios son así, simples. Pueden hacer grandes cosas, formando un gran equipo, con una fuerza de voluntad para cuidarnos y salvarnos. De vez en cuando, se enfrentan a situaciones límite, que les obliga a poner su salud en riesgo durante turnos interminables de trabajo. Eso hace que sufran, pero al final, están más afilados, como el lápiz cuando le sacas punta. Sus emociones, no hay goma que las borre: lloros y alegrías se entremezclan en cada guardia. Pero ellos siguen, siempre están ahí, como un lápiz en el estuche escolar. Lo que realmente importa no es su forma, sino lo que hay dentro, porque ya sea el grafito del lápiz o la humanidad de los sanitarios dejan una marca. 

Gracias médicos, enfermeras, camilleros y profesionales del ámbito sanitario que estáis en primera línea, haciendo frente a este trazo, que sí, juntos lograremos el antídoto para borrarlo. 

Pseudònim: Naranja


CAE LA TARDE

Cae la tarde en la nevada colina

donde un árbol apenas se sostiene

un pájaro en sus ramas llora y trina

por aquel viejo amigo que no se tiene

El roble centenario lo mira con tristeza

sabiendo que poca vida aún contiene

y el triste pajarillo le canta su grandeza

a aquel árbol que mucha historia tiene

Poco a poco el roble va cayendo hacia tierra

y una última mirada le echa al pajarillo

el pajarillo en su locura a sus ramas se aferra

y cierra sus ojos que se quedan sin brillo.

Pseudònim: El poeta triste

Soy como quiero

Soy como quieren que sea
entre el aire y la tormenta
a veces un sol calmado
otras un día nublado

Voy cruzando mil caminos
sin un rumbo ni un destino
algunas veces yo mojo
otras me quedo en secano

Pero vivo siempre libre
y mi destino es la mar
pues soy aquel marinero
que a todas las quiere amar.

Pseudònim: El poeta triste

HUMOR DEL BUENO

Fue la abeja traicionera
a clavarle el aguijón
y él que estaba en su faena
se pegó un buen revolcón
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Se estaba pegando un buen lote
con la parienta de al lado
y el perro protagonista
se los miraba enfadado
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La decisión importante
siempre se toma al final
y siempre es la que parece
que a uno le hace más mal.

Pseudònim: El poeta triste

ASESINO

Paso a paso sin ruido,

con el cuchillo en la mano,

la lujuria brilla en sus ojos,

el temblor entre sus manos,

ha entrado en el cuarto oscuro

y ya levanta la mano, 

el cuchillo sube y baja,

no hay descanso para nada.

Una luz que se enciende,

una mujer que aparece,

pero maridito mío

otra vez con el jamón.

Pseudònim: El poeta triste

ARRECHUCHOS

Un tropiezo cuesta poco
si se empieza a discutir
y que muy pronto se olvida
si no hay nada que sentir


más ten cuidado mi amigo 
si es el choque del amor 
es tropiezo que si duele
y que te invita a morir.

Pseudònim: El poeta triste

El pregonero

Se hace saber que ayer nació una niña a las cuatro de la mañana y que goza de buena salud, también se hace saber que las vacas del Eustaquio se han escapado, se ofrece una recompensa de dos mil reales para aquel que las encuentre, atentos, noticias de última hora. Se informa que la Adelina y el cartero han roto relaciones a dos semanas de celebrarse la boda  por culpa de la madre de ella que busco un novio rico para desposarla y que el desesperado se ha marchado del pueblo, la niña desesperada se ha fugado detrás del cartero, dice el alcalde que es cosa corriente, riauuuu, riauuuuuu, es todo.

Pseudònim: El poeta triste


La madre callada

Trabajaba de sol a sol con la sonrisa en la boca, nunca a sus hijos les faltó de nada, crecieron, estudiaron, uno se hizo abogado, el otro cirujano, se casaron, se fueron y aquella madre callada al verse sola se fue muriendo de pena poco a poco, ni al entierro acudieron, simplemente la olvidaron.

Esta es la historia de una madre que como tantas y tantas se mueren de pena al quedarse solas.

Pseudònim: El poeta triste

ABUELITO

Resiste abuelito, no te rindas, te esperamos en casa, mi hermanita y yo añoramos tus besos, aquellos paseos cogiditos de tu mano, Dios no quiere que te vayasResiste abuelito, no te rindas, dice mamita que estás enfermito, pero yo sé que nos echas de menos, te envío un besito y una sonrisa, esa sonrisa que siempre nos brindabas cuando estabas aquí. Vuelve abuelito, pues aunque te hacemos enfadar te queremos mucho.Siempre, siempre te esperaremos, nunca dejaremos de esperarte, pues sabes, eres nuestro abuelito, el que siempre nos llevó por el buen camino. Resiste abuelito, resiste.

Pseudònim: El poeta triste

JUNTOS

Yo tenía 20 años, y el mundo cayó presa de un virus aterrador; médicos, enfermeras y todo tipo de personas trabajaban para que todo el mundo tuviera lo mejor en esos momentos de tristeza y falta de unidad. 

Desgraciadamente, meses después del inicio del confinamiento, llegó mi día. Me dijeron que tenia el virus y que sería muy probable que no pasaría de un par de noches. Aun así, nunca falto la esperanza, mis amigos me decían que lo ultimo que hay que perder es la esperanza, porque mientras puedas estar ahí pensando en algo, es al final lo que más cuenta para superar el miedo. 

De ahí que apareciera como un ángel aquel médico, con una sonrisa impactante, que me dijo:

 Has superado el virus, puedes volver con tu familia.

A lo que yo respondí: no solo he sido yo, juntos lo hemos conseguido. 

Pseudònim: Jack Crichton