EL SUICIDA PELIGROSO

Una mañana calurosa de agosto, una señora del barrio gótico de Barcelona estaba paseando a su perro cuando de golpese topó con un señor muy amable. La señora se dio cuenta de que el hombre era un delincuente muy buscado por toda la policía. La mujer se sorpendió, y llamó a la policía. Al cabo de un rato la policía llegó al lugar, y al verlo se sorprendieron muchísimo porque siempre que les llamban era para ganar la recompensa que ofrecían por él. La policía se apresuró en detenerlo porque vieron que el hombre se estaba apunto de suicidarse.

NENA CASAS

SER DIFERENTE ES LO QUE NOS HACE ÚNICOS

Max siempre quiso ir al espacio, ser astronauta y conocer el cosmos, es una cosa que siempre había deseado hacer. Él ya ha crecido. Tiene 19 años. Cada día, cuando iba caminando por la calle, con miedo, cuándo la inseguridad le invadía todo su cuerpo, haciendo que no quisiera vivir más, se acordaba de sus sueños y lo que quería hacer con ellos.

Un día sus padres le dejaron ir al espacio y conocer todos los cosmos. Él, todo emocionado, lo preparó todo para cumplir el sueño de su vida.

Se acordó de que era transexual, y que no podría ir al espacio sin ser juzgado ni mirado. Pero… él pensó: “ hay muchos cosmos, todos diferentes a cada uno y todos preciosos”.

CARLA AMAGO

DESTINO FIRMADO

Estaba solo. Me encontraba de pie, exhausto en aquel desolado lugar fuera de la mano de Dios. Poco más podría haber hecho para cambiar mi amarga situación sin nadie más que la áspera brisa, el cielo infinito y el fuego abrasador del sol que hacía insoportable la ardiente arena bajo mis pies. La cantimplora sin una sola gota de agua parecía que se riese de mí, pues de nada ya servía sin la apreciada agua dentro de ella. Mis esperanzas se desvanecían como humo en aquel horno de la muerte. Era el final. Tres días caminando y nada. Ni un paso más podían dar mis débiles pies llenos de callos. Miré hacia el cielo y el último aliento de vida que me quedaba se escapó de entre mi seca boca, perdiendo la batalla de sobrevivir de la desolación eterna del desierto.

ROBERT HIGH

MI ÚLTIMA NOCHE

Era una noche fría y oscura, la lluvia caía con fuerza. Un rayo iluminó el cielo seguido de un trueno, se fue la luz, y de repente, escuché un grito. Bajé lo más rápido que pude las escaleras, y al llegar abajo pude ver el cuerpo sin vida de Lucas. Lo habían apuñalado. Oí un ruido en la oscuridad, un destello resplandeció en el cielo, haciendo así desaparecer la oscuridad mostrando una figura de un hombre, que sostenía en la mano un cuchillo lleno de sangre. Intenté gritar, pero de mí no salió ningún sonido, el hombre comenzó a avanzar hacía mí. Y yo, presa del pánico corrí hacia la puerta, la abrí y salí corriendo mientras miles de gotas me golpeaban. Deambulé por las oscuras calles sin saber dónde ir hasta que llegué a un callejón sin salida. Me giré, pero ya era demasiado tarde para mí.

PENI ROBINSON

UNA BREVE HISTORIA PARA UN PACIENTE Y SUS CUIDADORES

Había un niño que en los primeros días de confinamiento estaba feliz de estar en casa todo el día. Pero pronto se dio cuenta de que no podía salir, no podía hacer el horario que quería, ni ver al resto de su familia, y comenzó a darse cuenta de la difícil situación que estamos viviendo, y comenzó a pensar en los pacientes del hospital, pero no están solos porque tienen a los médicos y enfermeras que los atienden con amor, y nos dimos cuenta de que saldremos adelante de esta situación si tenemos esperanza.

NEP

UN RAMO DE DALIAS NEGRAS

Me levanté. Me puse mi mejor traje, estaba recién planchado, el color azul marino me sentaba bien. “Elegante, sofisticado, refinado, exquisito…” me murmuraba estos elogios a la vez que acababa de arreglarme. Salí de mi casa y me dirigí hacia mi floristería favorita. Y con las dalias negras, eché a caminar hacia el cementerio. Era un día soleado y templado, una suave brisa me acompañaba. Es irónico que en un día así hubiese tanta gente rodeando y llorando sobre una tumba, mi tumba. Todo el mundo estaba presente, mis padres, mis amigos, mi cadáver y yo. Por supuesto, mi queridísima novia, Leila, que estaba dando un emotivo discurso sobre como ella debería de haber muerto en mi lugar. Bonita historia, ¿Cuento ahora lo que sucedió? ¿O preferís seguir escuchando las mentiras de Leila, la asesina, mi asesina?

PERSÉFONE

8 DE ABRIL DE 2006

Hoy me he despertado como de costumbre, me he duchado, he desayunado y me he preparado para ir a trabajar como siempre he hecho, la única excepción ha sido que hoy prometía ser un día especial.

He llegado al trabajo un poco antes y he aparcado en el sitio que tengo asignado, me he dirigido a mi despacho, no antes sin saludar a mi secretario, y me he sentado en mi silla. Nada más sentarme me he puesto a contemplar la gran manzana mordida que tenía enfrente. En ese mismo momento ha entrado Jorge, mi secretario, y me ha comunicado que el jefe de investigación quería verme. Me he dirigido hacia el laboratorio y me he encontrado a Juan, el jefe de investigación, que me ha comunicado la gran noticia: acababan de inventar la pantalla táctil.

RAMÓN LEFORT

UNA SONRISA

Cómo se aferraba al madero. Era su punto de apoyo, pero era su carga. Sabía que la única opción de descanso era llevarlo hasta el destino de su trayecto. Cargaba con un bulto que había ido engordando a lo largo de la historia, pasada y futura. Y Él no tenía la culpa.Sólo quedaban cincuenta metros y avanzaba poco a poco como cordero al matadero. Y cuánto sufría, además de ver que, aquellos que antes le aclamaban, ahora eran sus jueces y verdugos. Y pobre cuánto lloraba; no eran lágrimas, sino sangre que brotaba de heridas injustas y se derramaba por sus mejillas.

Un buen hombre, a pesar de ser forzado, le ayudó a cargar esa cruz y entrecruzó una mirada cariñosa con la víctima de esta injusticia. Qué importante esa sonrisa al desanimado. Qué importante.

NICODEMO

LA PRADERA

Una hermosa pradera verde se extendía ante mí. El viento golpeaba mi vestido blanco y mis pies descalzos sentían la hierba decorada con flores de mil y un colores. Una melodía empezó a sonar como si fuera un susurro y como si me llamara la empecé a seguir, caminaba sin rumbo, guiada por la sonata hasta que llegue al lado de una mujer con el rostro borroso. No sabía quién era aquella mujer pero tampoco era una desconocida, me dejé acunar en sus brazos y de ella una suave voz emergió emitiendo una canción. El momento fue interrumpido por un fuerte trueno que indicaba que una tormenta se acercaba, la mujer me dijo al oído unas palabras que solo entendíamos ella y yo. Ella se empezó a alejar de mí y todo se volvió menos nítido hasta que me vi envuelta en mis sabanas azules.

SASURI

UN DÍA CUALQUIERA

Me desperté como si fuese un día cualquiera, pero sin ser un día cualquiera.No.Hoy era un día muy especial. Un día en el cual, todo el mundo se tenia de sentir arropado y querido por sus seres queridos. Un día en el que la gente demostraba su amor regalando rosas y libros. Ese día era el día de Sant Jordi. Al salir a la calle, había un aura de alegría e ilusión. Se sentía que todo el mundo estaba disfrutando. Al tener el día libre, decidí ir a pasear por las Ramblas, las cuales estaban abarrotadas de gente. Las decenas de puestos de rosas no daban abasto con la demanda que había. Yo decidí comprarme un libro y una rosa a mi madre. Camino de volver a casa, como por casualidad, me fije en una persona mayor, que estaba adurmiendo en un banco, y pensé, como puede ser que una persona en un día como lo es hoy no tenga la oportunidad de pasarlo con nadie.

CHICHO