Era una noche fría y oscura, la lluvia caía con fuerza. Un rayo iluminó el cielo seguido de un trueno, se fue la luz, y de repente, escuché un grito. Bajé lo más rápido que pude las escaleras, y al llegar abajo pude ver el cuerpo sin vida de Lucas. Lo habían apuñalado. Oí un ruido en la oscuridad, un destello resplandeció en el cielo, haciendo así desaparecer la oscuridad mostrando una figura de un hombre, que sostenía en la mano un cuchillo lleno de sangre. Intenté gritar, pero de mí no salió ningún sonido, el hombre comenzó a avanzar hacía mí. Y yo, presa del pánico corrí hacia la puerta, la abrí y salí corriendo mientras miles de gotas me golpeaban. Deambulé por las oscuras calles sin saber dónde ir hasta que llegué a un callejón sin salida. Me giré, pero ya era demasiado tarde para mí.
PENI ROBINSON