Pasábamos la tarde en casa de Isaac. Fui a la nevera a coger una cerveza y aproveché para tomar el aire en la galería. Vi que algo se movía abajo en el patio. En ese momento llegó Blanca.
—¿Qué haces? —preguntó.
—Nada —contesté—. Mira, hay un gato ahí abajo. Parece que está cojo.
—Lo dices como si fuera algo grave.
—No sé, me ha parecido importante —observé.
Tiró lo que quedaba de su cigarrillo sin apagarlo. Al verlo caer, pensé que habría un incendio, pero no pasó nada. Solo cayó y chisporroteó contra la uralita.
—Ese es tu problema —me dijo. — Para ti todo parece importante.
Se fue sin decir nada más. Noté como la pena subía desde el pecho y los ojos se me humedecían. Tragué saliva y miré abajo por última vez. El gato ya no estaba.
Guybrush Threepwood
Me he sentido tan identificada!! Dice tanto con tan pocas palabras!! Magnífico.