Paso a paso sin ruido,
con el cuchillo en la mano,
la lujuria brilla en sus ojos,
el temblor entre sus manos,
ha entrado en el cuarto oscuro
y ya levanta la mano,
el cuchillo sube y baja,
no hay descanso para nada.
Una luz que se enciende,
una mujer que aparece,
pero maridito mío
otra vez con el jamón.
Pseudònim: El poeta triste