La proa le dirigia a su destino con un viento suave y fresco que acariciaba su cara en medio de aquel océano de cemento, piedra y hierro a través de calles como mares; algunas tranquilas otras parecían tempestades. Siempre le habia parecido algo especial llevar la mayor izada, y ser hinchada empujada en su camino por un viento a sotavento.
Con velocidad de 2,7 nudos hora, rompía aquel camino de navegante en su avance inparable hacia su destino. Las aceras eran olas que acompañaban el navegar de aquel “Pirata bandido en la mar”. Sentía como su proa, hundía en aquel duro fondo marino sus ojos para levantar la cabeza y elevar la mirada al cielo buscando refrecar su cara mojada de ilusiones de “Gran Capitán”. Seguía su camino, mientras que con una voz ténue y socarrona se le podía oír cantar, ” Ron, Ron, me voy a tomar un gran vaso de Ron”.
Pseudònim: Emoción