En aquel preciso instante levantó la cabeza y fijó su mirada en una rubia ocupada en el placer de escoger plato. Un paraguas caído al lado de su silla, fué la excusa. Se paró en su mesa y con un leve movimiento se giró hacia ella, con suavidad le tocó el hombro izquierdo y sorprendida lo miró. Él mirándola a los ojos como un tango argentino y sin dejarla pensar le preguntó. ¿És tuyo este paraguas? A lo que ella de forma afirmativa e inquieta contestó, si. ¿Sábes que es? Somprendida por aquella circunstancial pregunta, algo excitada por aquel personaje , le respondió. ¿Qué es?. Cogió aquel paraguas marrón con su mano derecha, y poniéndolo delante de ella, la miró a los ojos penetrando en ellos como lanzándose en lo más profundo de un mar azul y le dijo…. No es un paraguas; esto es “Una oportunidad” para conocerte. En aquel momento mágico; el piano tocaba con suavidad una bella canción.
Pseudònim: Emoción