Aquellos escalones los tenía contados, en los últimos días los había subido cada madrugada. Sin embargo cuando llegaba al penúltimo piso, una sensación de vértigo, se apoderaba de su voluntat. Daba la vuelta y sin saber como, se encontraba de nuevo en el vestíbulo. Se decía que al día siguiente volvería.
Ahora subía con decisión. El cansancio se mostraba más que nunca en su cuerpo, pero hoy llegaría hasta arriba, nada le haría tambalear. Al menos eso creía.
Cuando estaba en el último tramo, una mano agarró la suya: “estoy aquí contigo, como siempre”. Abrió los ojos y los cerró de nuevo. Sonrió. Visualizó como su otra mano abría la puerta, de la última planta. Dió un paso con decisión. Y por fin su alma, voló para siempre.
Pseudònim: DeBayle