SOLO Y MISTERIOSO

Y ahí estaba él solo, como de costumbre, sentado al final de la clase en donde los rayos de sol ya no tocaban su mesa, con esa mirada tan triste y perdida en sus pensamientos. De camino a casa, decidí seguirle para saber qué ocultaba; me intrigaba demasiado su misterio. Se adentró en el bosque y comenzó a correr hacia la vieja cabaña que se veía a lo lejos. Me escondí detrás de un árbol y me quedé petrificada cuando vi colgando el cuerpo de una joven que había desaparecido hacía dos semanas. Muerta de miedo corrí y corrí hasta quedar sin aliento. Tenía que contárselo a la policía. Y como si él hubiera leído mi mente apareció delante, puso sus manos sobre mi cuello y me susurró: “O mi cómplice o mi víctima”.

Pseudònim: S.Horizon

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