Justo en aquel momento, no podía pensar en otra cosa. Todo lo que había en mi mente se fue como cuando el viento sopla las olas intensamente. Noté por un momento como si el corazón me saliese del cuerpo y solo quedase mi alma, que me suplicaba que no me desmayara por los nervios. Pero quedaba poco tiempo, los segundos pasaban como cuando un rayo inicia una tormenta. Pero se acabó, era una cuestión de vida o muerte, así que al final tuve que escoger.
Me arrepentí.
La sexta