Sedante

Desperté con un grito distante. ¿Uno más o uno menos? Alguien fue encontrado y yo sería el siguiente. A mi escondite solo entraba un poco de luz. Era necesario moverse, antes de ser la próxima presa…Un crujido detrás mío: ya estaban aquí. Me arrastré lentamente a un rincón para observarlos: tres criaturas humanoides con brazos alargados, piel cubierta de escamas blancas, y negras pezuñas en lugar de pies. Alrededor del cuello cada uno llevaba una serpiente coral y en sus manos un frasco verdoso para derretir la lengua de sus víctimas antes de despellejarlas.Me falta el aire, creo que me han visto. Se hacen llamar doctores y susurran que tome mi medicación.

Paola Granville

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