Era de noche. Condiciamos en una carretera solitaria. Mi hermano y yo llorabamos la muerte de nuestros padres. Él culpaba a los conductores que les chocaron. Y yo, le creía.Sin verlo. Un camión nos chocó. El coche comonzó a girar. Estallándo en llamas. Conseguí escapar. Mi hermano, no sufrió la misma surte. Me suplicaba que le sacara. Con una sonrisa le dije, -todo ha salido como esperaba-.
Juan de Francisco