El viaje

El tren se veía enorme desde el andén. Había viajado antes pero nunca en larga distancia.
Parecido a una bala gigante, gris e imponente, el convoi permanecía quieto, con las puertas abiertas, aguardando las aventuras de sus pasajeros.
Ella, algo desorientada, buscaba el número de su vagón cuando se topó con un hombre de mirada amable que con una amplia sonrisa le ofrecía ayuda.
Que gran alegría sintió al verle de nuevo, hacía mucho tiempo que no hablaba con Antonio. Sin duda, fue el mejor acomodador de larga distancia.
Si, no hablaba con su abuelo desde su muerte, 2 años antes.
Satisfecha, cogió su maleta y subió al tren.

Anit Riu

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