Esa noche no podía dormir, tenía demasiadas cosas en mi mente. De repente escuché un sonido… era como un susurro. Después de unos segundos, lo volví a escuchar pero, esta vez el ruido era más alto. Me levante y empecé a mirar por la casa, hasta que vi al final de un pasillo una puerta vieja. Cuando entré en la habitación, lo volví a escuchar aún más alto. Pensaba que me estaba volviendo loco y me senté en la esquina de la habitación. Desde ahí vi que había un papel en el suelo que decía: “Para y descansa”.
M. W. Smith