La puerta de lingangu

Miré la puerta y empezaron a sonar nanas, chupetes rodeándome, juguetes hablándome y mi madre mimándome. Y supe que esa vida era la mejor.Ahora miro mi puerta y parece un cementerio. Olor a tabaco, canciones depresivas, sin juguetes y sin madre. No pude disfrutar lo bueno, porque lo bueno siempre se irá.

Madera

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