Entre el abrir y cerrar de los cajones, y el movimiento anormal de mi armario, me llevaron a pensar que estaba loco. Hablé con un amigo, y me prometió que iba a librarme de los fantasmas, como yo los llamaba en ese entonces, y buscar el motivo por el cual se estaban manifestando.Me llevó a lugares en los que tenía recuerdos felices, y otros en los que me dieron ganas de morir. Fuimos al hospital, tormentos tenía yo de ese lugar, le pregunté a Billy, “¿Qué hacemos aquí?”Él respondió:” En este lugar, murió tu mujer, y tú más tarde también lo hiciste”. Al darme cuenta, giré la cabeza y la ví.
El fantasma de los relatos