REBELIÓN EN EL ESTUCHE

El estuche de María tenía vida y los útiles escolares de su interior tenían algo que contarme.

Lápiz se quejaba de que era el más usado, con diferencia; le desagradaba que María cuando se aburría en clase, sobre todo en la de matemáticas, lo mordiera hasta agotarlo.

Goma tenía que estar pendiente todo el día de los errores que cometía Lápiz, y deseaba que María leyera más para mejorar sus faltas de ortografía: se estaba consumiendo y cada vez era más pequeña.

Bolígrafo Azul se sentía culpable de no poder corregir los errores que detectaba; aunque algunos días, para su tranquilidad, María llevaba corrector y rectificaba las faltas. Además, le parecía injusto que Bolígrafo rojo estuviera siempre ocioso, mientras él no paraba de trabajar en la escritura.

Al final, Lápiz se agotó; Goma se consumió y Bolígrafo azul se quedó sin tinta.

¿Por qué no los habría escuchado antes?

LUCRECIA PIMIENTA

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