Una mañana calurosa de agosto, una señora del barrio gótico de Barcelona estaba paseando a su perro cuando de golpese topó con un señor muy amable. La señora se dio cuenta de que el hombre era un delincuente muy buscado por toda la policía. La mujer se sorpendió, y llamó a la policía. Al cabo de un rato la policía llegó al lugar, y al verlo se sorprendieron muchísimo porque siempre que les llamban era para ganar la recompensa que ofrecían por él. La policía se apresuró en detenerlo porque vieron que el hombre se estaba apunto de suicidarse.
NENA CASAS