Estudiar por las mañanas y trabajar por las tardes. Esa es mi rutina cuando empiezan las clases en septiembre. Pero este curso es diferente.
Todos los jueves a las 17:18 horas de la tarde, hay una chica que se sube al autobús. Y parece una nueva pasajera, porque ya conozco las caras de las personas que suben al autobús e incluso, el número de personas en cada parada.
Esta chica solo la veo los jueves, y nunca antes la había visto. Siempre que ella sube al autobús, se sienta delante de mí y se pone un auricular para escuchar música. Y luego, se pone a mirar por la ventana.
Nunca he preguntado por su nombre, y el día en que decidí hablarle… ella no volvió a subirse a ese autobús.
LYN