Parece mentira que cada día hacemos lo mismo que el anterior. Ya no existe este sentimiento de misterio a no saber que te deparará el futuro. Estamos tan acostumbrados a nuestra rutina que ya no nos preguntamos qué podría pasar mañana. Sin embargo, esto es solo una ilusión, porque cada día es una oportunidad nueva. Un camino por el que no hemos caminado aún, el cual puede tener desviaciones, ríos, matorrales e incluso podemos encontrar algún animal perdido. Cada día es una nueva oportunidad, pero vivimos creyendo que el horario es el rey dictador que no nos da oportunidad al cambio y la opinión propia. Todo eso es mentira, ya que nosotros mismos somos dueños de esta realidad y nuestros propios sueños. Lo que pasa es que, cuando hagamos un cambio, tenemos que aceptar las consecuencias. También podemos trabajar en cambiar la perspectiva en que observamos nuestro alrededor. Porque no es lo mismo ver el bosque des del cielo, que desde encima de un árbol.
ÀNEC