Me ahogan los rumores que pululan por doquier sobre Sant Jordi, el fiero caballero que muerte quiere darme por no entender el amor que por la princesa profeso. Dicen que me arrancará el corazón y que lo exhibirá delante de mujeres y niños; dicen que mi cola cortará y que con ella una armadura se hará fabricar; dicen que de mi sangre rosas brotarán y que todos serán felices. ¿Y debo yo pagar el precio de semejante despropósito, de esta enajenada locura quijotesca? Ese carnicero de tres al cuarto no entiende la poesía que late en mi interior, ni la pasión que nace y muere en cara una de mis células. ¡Qué sabrá él del amor cuando lo único que hace es ejecutar a diestro y siniestro sin distinguir inocente de reo! Se apaga mi ser pues a mi amada no volveré a ver.
Ren Amamiya