Puse la frente entre las olas profundas
y en el ciernes de la tarde que llegaba
hora de infortunio y desamores
en la corriente del manantial encadenado
Quién guarda sin puñal las horas tristes
aquellas que han causado desamores
o a la muerte que llega entre dos olas
en la triste mortaja de la vida
Y no encontré en la herida sino una racha fría
llena de ásperos muros poblados de miedo
levanté mi copa brindando a la vida
a esa que tan mal se portó conmigo
Pseudònim: El poeta triste