(Está es la última historia de la vida de un soldado ya herido de muerte. Sólo y sin esperanza ve llegar a la Parca, que mirándola a la cara exala sus últimas palabras de vida). Y así empieza.
Caballero vencedor de infinitas batallas, no das demora a esperanzas vanas. Lucho conmigo mismo, apenas puedo esperar, se que dentro de poco te voy a encontrar. Mis manos están cortadas, ¡no!, no las puedo utilizar; mi cuerpo derrotado no deja de sangrar. Pido a Cristo por mi vida que ahora te vas a llevar.
Fría estás y fría te he de encontrar, pero sé que, mientras haya una chispa de vida, tú por siempre vivirás.
Pseudònim: Emoción