– ¿Cuántas veces te he dicho que no toques mis cosas? ¿Te das cuenta de lo que podría haber pasado si lo hubieses perdido? ¡Fue un regalo personal de la abuela, justo antes de que muriera! No debes tocar este tipo de cosas o, por lo menos, consultarme antes de hacerlo. ¡Es un amuleto para mí! ¡¿Qué te has creído?! Además, lo uso casi cada día. Si lo coges me siento desnuda, huérfana, expuesta. No lo vuelvas a coger. Te odio.
– La abuela nos regaló uno igual a cada una. Y tú te has llevado el mío esta mañana. No me ha importado, siendo tú quién lo llevaba, eres mi hermana. Pero yo también lo uso casi cada día y sin el mío me sentía también desnuda, huérfana y expuesta. Esta noche pensaba dejarlo en el mismo sitio donde lo habías dejado. Lo siento. No lo volveré a coger sabiendo que es tan importante para ti. Te quiero.
Pseudònim: Daniel Sanz