Qué bonito el firmamento
cuando te tengo a mi lado
y que hermoso mi momento
porque estoy enamorado
Tu eres mi musa más bella
en tu cuerpo yo me pierdo
pues me enseñas las estrellas
con los besos que me has dado
Pseudònim: El poeta triste
Qué bonito el firmamento
cuando te tengo a mi lado
y que hermoso mi momento
porque estoy enamorado
Tu eres mi musa más bella
en tu cuerpo yo me pierdo
pues me enseñas las estrellas
con los besos que me has dado
Pseudònim: El poeta triste
Vuela libre la camisa
perseguida por su dueño
pues un viento inoportuno
se la llevó como un sueño
Se va elevando despacio
rumbo al azul de los cielos
el hombre triste mirando
pues no detiene sus vuelos
Una paloma al pasar
un recado le ha soltado
y una manchita pequeña
en su cara se ha quedado
Adiós camisa querida
ya no he de volverte a ver
y a ti maldita paloma
ojalá te pudiera coger
Pseudònim: El poeta triste
Puse la frente entre las olas profundas
y en el ciernes de la tarde que llegaba
hora de infortunio y desamores
en la corriente del manantial encadenado
Quién guarda sin puñal las horas tristes
aquellas que han causado desamores
o a la muerte que llega entre dos olas
en la triste mortaja de la vida
Y no encontré en la herida sino una racha fría
llena de ásperos muros poblados de miedo
levanté mi copa brindando a la vida
a esa que tan mal se portó conmigo
Pseudònim: El poeta triste
Fueron tantos días los que habían pasado, pero allí estaba su padre había regresado, la hija lo miraba con los ojos llenos de lágrimas, su mujer apoyada en el borde de la mesa no podía hablar. Había vencido, el coronavirus no pudo con él.De repente apareció la nietecita con un juguete entre las manos, mira mamá, calló de repente al ver a su abuelo, abuelito, abuelito, y corrió a abrazarse con él. El abuelo con la sonrisa en la cara le dio la mano, su mujer, su hija, todos se fundieron en un profundo abrazo, había vencido al coronavirus, volvía de nuevo al amor de su hogar.Pero cuantos y cuantos quedaron y aún quedaran en el camino dejando tristeza y desolación detrás Y me asalta una duda terrible, se habrá hecho todo lo que se pudo o tal vez se pudo hacer algo más.
Pseudònim: El poeta triste
Era un pobre poeta
viviendo en la soledad
la pluma era su meta
nunca arrastró maldad
Una tarde muy aciaga
el poeta dejó de escribir
tenía presta su maleta
no se pudo despedir
Ya no escribe aquel poeta
porque en la tierra no está
y una niña muy bonita
llorando por su padre va
Pseudònim: El poeta triste
Llegó de un mundo lejano
buscando la primavera
llegó de un mundo lejano
y se encontró una nevera
Volvió a su mundo llorando
más allá de las estrellas
y a todos les fue explicando
que la tierra no era bella
Pseudònim: El poeta triste
Amanecía, el sol estaba ausente
en la dulce penumbra de la noche
su cuerpo junto al mío en derroche
habiéndole puesto al amor un broche
Mirándole a los ojos tan hermosos
con mi corazón brincando por el gozo
mientras el sol lucía esplendoroso
acariciaba su pelo tan sedoso
Poniendo tu mano ante mis labios
me dijiste con cariño y sin reproche
vámonos amado mío ya es la hora
porque el día ha suplantado ya a la noche
Pseudònim: El poeta triste
Al llegar madrugada
se le cerraron los ojos
se le cerraron los ojos
al llegar la madrugada
En su mano aquella foto
del hombre que la adoraba
que callado la miraba
con su futuro ya roto
Le llevaron los amigo
intentando consolarle
más que pueden regalarle
al que ha perdido su abrigo
Pseudònim: El poeta triste
Llamó al CAP y le dijeron que tenía los síntomas. Le enviaron la baja por correo y le citaron para una radiografía. A partir de ese día dormí en la habitación de las niñas, ella tosiendo en las madrugadas aliviadas por tés de manzanillas y diálogos a distancia sobre el mal. Dormir era un eufemismo. Pasé madrugadas viendo cifras del covid19 y la obsesión de ambos por el contagio; o sea, miedo líquido al salto de una gota. La intimidad se convirtió en noches de Netflix. La plaga nos ofreció una visión aguda de la intimidad; hacer el amor era un suicidio; no obstante, el décimo día, hicimos el amor sin besarnos, tras casi dos años de vicio y labios.
Hoy espero el resultado de mi test. Ella provoca mi invidia, es asintomática.
Pseudònim: Arkolano
Si vienes pidiendo guerra
no preguntes por mi tierra
no preguntes por mi tierra
si vienes pidiendo guerra
Andaluz y campechano
el de la buena cosecha
cortijero con orgullo
pues nací en un cortijo
Pero tengo el alma noble
y el acero bien templado
y yo defiendo a mi tierra
en toditos los fregaos
Si vienes pidiendo guerra
no preguntes por mi tierra
si vienes pidiendo guerra
porque saldrás trasquilao
Soy cortés y mujeriego
amante de un buen sembrao
y en los tablaos flamantes
un bailarín consumao
De mi nobleza doy arte
de mi temple buena fe
y a mi tierra andaluza
siempre dentro llevaré
Si vienes pidiendo guerra
no preguntes por mi tierra
pero si vienes en paz
te la doy todita entera
Pseudònim: El poeta triste